Siguiendo con el mágico ritual del café me apetece poner una preciosa historia que hace tiempo escuché y que tuvo lugar en Lisboa, concretamente en el Café A Brasileira.
En Lisboa es famoso el café "A Brasileira", ubicado en el número 120 de la rúa Garret; famoso por una historia triste de la cual fueron protagonistas el poeta portugués Fernando Pessoa y una bella niña de Coimbra.
Una tarde Pessoa, alzó la vista del libro que leía en la mesa de costumbre, y vio a una muchacha también solitaria que saboreaba un café en la mesa vecina Se quedaría absorto en su ejercicio de contemplación, porque la muchacha reaccionó sonriendo y turbando al joven poeta, que se deshizo en venias y disculpas. Bastó un cruce de miradas para que iniciaran un romance casto, como era uso en aquellos delicados tiempos. El romance avanzó a grandes pasos y los dos muchachos se comprometieron; pero el día de la boda, cuando culminaban los preparativos precisamente en el café "A Brasileira", la novia cayó desvanecida al suelo. Pessoa quiso auxiliarla, pero ya era tarde: del modo más súbito le había fallado el corazón.
Pessoa no pudo superar jamás la desdicha de perderla, pero dicen que el fantasma de la muchacha lo visitaba noche a noche y hablaba con él.
Pessoa no pudo superar jamás la desdicha de perderla, pero dicen que el fantasma de la muchacha lo visitaba noche a noche y hablaba con él.
El último detalle de esta historia triste es no menos sorprendente: esa misma noche, en medio del duelo, "A Brasileira" cerró por mucho tiempo, y el dueño, que entendía por lo visto de saudades y morriñas, colgó en la puerta de cristal un cartel que
decía: "Cerrado por tristeza".
decía: "Cerrado por tristeza".
3 comentarios:
Que historia mas bonita aunque a la vez triste...Como se pueden desvanecer los sueños de dos personas que se aman en un segundo. Preciosa historia...
Me alegro que te guste Nebel.
¿Esta historia es real addict? Es que entonces entiendo un poco la literatura de Pessoa.
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