jueves, 30 de agosto de 2007

Recuerdos ante una taza de café

¿Quién no ha confesado alguna vez un secreto ante una taza de café? Parece cosa de magia. Ante el café caliente y el sonido de la cucharilla removiendo la taza, parece más fácil hablar mientras se mira a los ojos.

Las conversaciones a veces son profundas y otras son banales. A veces, llevamos sin ver años a nuestros acompañantes, y sin embargo las palabras surgen con suavidad y sin apenas esfuerzo.
En otras ocasiones, las promesas se desvanecen con el último trago, y tras abandonar ese Café, cada uno toma un rumbo.

Pero no cabe duda, que en ese mágico instante, que puede durar tal vez diez minutos, o dos horas, una cafetería cualquiera ha sido testigo de palabras cómplices, de sonrisas, de reencuentros...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

ya lo siento, pero en mi caso es te o chocolate. espero q valga tambien

Nazaret dijo...

También vale. El caso es compartir confidencias en algún rinconcito perdido, con una taza de lo que sea.