Ayer esperaba a que llegase la 1 de la madrugada para escuchar uno de mis programas favoritos, "La rosa de los vientos", en Onda Cero. Por recomendación de mi novio, había descubierto este fabuloso programa, que navega en las ondas radiofonicas entre oceános de historia, misterio y arte. Hay veces que lo escuchaba entero y otras muchas me quedaba dormida escuchando la batalla de las Termópilas, el enfrentamiento entre Picasso y Matisse o la construcción de las pirámides de Egipto.
Pero ayer no pudo ser. Su presentador había fallecido inesperadamente de un ataque al corazón. Fue una noticia terrible. Pero bueno, allá donde esté seguro que sigue narrando mil historias y describiendo mil misterios para descubrir. Copio de un texto en Internet, una alusión a la noticia y al programa que me parece preciosa.
Hoy huérfano me ha dejado la radio, el maestro Juan Antonio Cebrián, el inventor del más hermoso programa radiofónico de todos mis tiempos, nos ha dejado. Un conjuro fascinante en la soledad embelezada de esas noches largas, de quien escucha atrapado e insomne voces cautivas que te cuentan fábulas, quimeras, leyendas, historias ciertas y que forman para siempre, una parte imperecedera de tu vida, transformándote sin saberlo, en mejor persona. Como sólo sucede con las cosas bellas. Hasta siempre, escribano de la radio, te echaremos mucho de menos...
3 comentarios:
¡Madre mía! ¡Qué pena! La verdad es que estas cosas producen una pena infinita.
A mi también me sorprendió la noticia el domingo. Escucho el programa en el podcast, porque hasta tan tarde no aguanto.
Yo también me he sentido un poco huérfana. La de noches universitarias que he tenido la rosa de los vientos como banda sonora.
LadyVintage
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