Relax absoluto. Y el caso es que me siento rara.
Después de un año de trabajo, oposiciones y demás proyectos parece que me falta algo... y eso que ahora no tengo que pensar en nada. Igual la rara soy yo.
Pero bueno, a lo bueno se acostumbra una pronto y esta sensación de vacío laboral - existencial me durará poquito. Me apetece desayunar sin prisas, vaguear, acostarme tarde, en definitiva, ser completamente consciente de que estoy perdiendo mi tiempo sin remordimientos...
La parte negativa es que voy a echar mucho de menos mi trabajo como educadora en la guardería. Han sido mis primeros alumnos (espero que no los últimos) y seguramente los más pequeños. Por eso les tengo tanto cariño y me ha costado tanto despedirme de ellos. Por eso, y por todo lo que he aprendido de ellos y todo lo que me han enseñado. Porque este año han crecido en todos los aspectos y me han hecho crecer a mí. Han aprendido los colores, algunas canciones, los nombres de sus compañeros, ir al servicio solos... y de verdad que me siento muy orgullosa de ellos. Algunas fotitos...
El edificio donde está el C.A.I.
Una de las fichas que hicieron mis peques.
El patio
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